El verano va llegando a su fin y toca la vuelta a nuestro puesto de trabajo, con el debate sobre el modelo de trabajo todavía vigente, el workplace sigue articulándose como un espacio capital en el día a día de millones de personas. Y lo hace especialmente en un momento en el que el retorno a la oficina, después de las vacaciones y tras el teletrabajo forzado por la pandemia, que no ha consolidado en España cómo lo ha hecho en Europa. Con solo un 8% de los ocupados trabajando desde casa de forma habitual (más de la mitad de los días), en el resto de Europa esta cifra es mucho mayor con un 14.5% Portugal, 17% en Francia, Alemania o Austria, 25% Bélgica, Países Bajos, Dinamarca, Suecia y Finlandia, llegando al 33% en Islandia. Hasta ahora las empresas habían apostado por modelos mixtos con una relación orgánica entre la presencialidad y el teletrabajo, pero con la presencialidad ganando terreno de nuevo, es necesario implementar políticas que ayuden a redefinir un workplace actual, seguro y sostenible.
Para ello, los servicios de limpieza se han erigido como uno de los grandes pilares para que la actividad laboral presencial asegure siempre la salud y seguridad de los empleados. Y es que una de las claves de los espacios de trabajo post-covid pasa, sin duda, por implementar unas estrictas medidas de seguridad e higiene en los espacios de trabajo. Por eso, en ilser grup hemos apostado por una adaptación a esta nueva etapa, con el objetivo de proteger la seguridad y la salud en el trabajo de la forma más efectiva y mantener los progresos realizados por la sociedad en su conjunto.
Doble desafío en el workplace
Ante esta nueva realidad, el desafío es doble. Por un lado, las empresas necesitan recuperar la conexión física entre personas y lugares haciendo que sus empleados vuelvan a entornos de trabajo que cumplan con los máximos estándares de higiene. Por otro, esta conexión también es emocional, fomentando la confianza de los empleados en la seguridad del espacio de trabajo.
En ilser grup creemos que estos desafíos deben abordarse desde los propios servicios de limpieza a través de cuatro estrategias concretas:
- Priorizando la higiene y eliminando las fuentes de contagio mediante procesos y procedimientos estandarizados que han sido verificados por terceros.
- Aplicando métodos objetivos para medir la eficacia de la limpieza.
- Dando más visibilidad a las actividades de limpieza ante los empleados.
- Los productos adecuados de limpieza y desinfección para cada espacio
En este sentido, diseñar planes de higiene a medida y asesoramiento experto en soluciones de limpieza, higiene y desinfección. Como complemento a estos procesos, es importante incluir el uso de los productos de limpieza apropiados para desinfectar con mayor asiduidad las áreas que se tocan con frecuencia, así como la verificación de dichas superficies.
Además, y para potenciar esta generación de confianza, todos estos procesos. Porque el objetivo último pasa precisamente por mejorar la confianza de los empleados en su entorno de trabajo. Y la utilización de métodos y productos adecuados nos ayuda a lograrlo.
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